martes, 7 de junio de 2011

Técnica del esmalte.

  Esmalte pintado o limosín

La técnica del limosín consiste en utilizar esmaltes muy decorados que llegaban a incluir en ciertas ocasiones piedras preciosas. En ellos se contrastaban los colores oro y azul y en su mayoría incluyen elementos de relieve, lo que les da una característica muy particular
            El modo de llevar a cabo este método era el siguiente: en primer lugar se realizaban ligeras incisiones sobre la lámina metálica que por lo general, solía ser de cobre, y posteriormente se añadían los colores con la ayuda de un pincel. Toda la superficie pintada se cubre con una capa de esmalte traslúcido que proporciona luminosidad, luego se introduce en el horno para su cocción (ver imagen 4)  Sobre esta superficie ya esmaltada se podían incluir detalles e incluso pequeños retoques con un fino pincel[1] así se conseguían las llamadas miniaturas.
Ya a partir de la segunda mitad del siglo XV se introduce una variante de este método, la “grisalla”, que sólo coloreaba en blanco y negro, y en ciertos casos con detalles en dorado.


[1] FERNÁNDEZ ARENAS, José. Introducción a la conservación del patrimonio y técnicas artísticas ,p. 403

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